viernes, 18 de mayo de 2012

DEVOCIONAL 18 DE MAYO

LA IGLESIA EN ANTIOQUÍA


“En la Iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé; Simeón apodado el Negro; Lucio de Cirene; Manaén que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo.2Mientras ayunaban y participaban en el culto al Señor, el Espíritu Santo dijo: apártenme ahora a Bernabé y a Saulo para el trabajo al que los he llamado. 3Así que después de ayunar, orar e imponerles las manos, los despidieron”.


Hechos 13:1-3 (NVI)


Aquí hay una Iglesia que era diferente a la de Jerusalén. Era una mezcla entre judíos y gentiles conversos. Funcionaba más hacia los de afuera. Entre ellos había grandes siervos del Señor. Ante todo era una Iglesia misionera. Desde allí fueron enviados Pablo y Bernabé. Aunque Pablo era por sí mismo un siervo lleno de poder, era dependiente de una Iglesia. Salió de ese lugar y regresó al mismo. La iglesia de Antioquía tenía una gran influencia, no sólo en la misión exterior, sino también en todo su perímetro regional donde había creyentes. Éfeso fue otra iglesia similar. Desde esas Iglesias se extendió el evangelio a todos los hombres por todo el mundo y la Iglesia creció. Esas congregaciones fueron “Congregaciones Centrales” desde donde el poder de Dios se extendía como los anillos que se forman en el agua, hacia muchos y diferentes lugares del mundo. Dios desea tener esa clase de Iglesias hoy. No congregaciones que compiten entre sí o son copias exactas unas de otras. Cada iglesia debe formarse conforme a la situación o necesidad que exista en ese lugar. Uno debe guardar la unidad con otras Iglesias, sin que por ello tenga que ser exactamente igual. A partir de esta premisa cada Iglesia debe ser generosa.

Si una Iglesia quiere mantenerse viva y crecer, debe entregarse a la evangelización y misión. Misión es lo central. El Evangelio debe siempre estar en el centro. La salvación personal siempre prevalece en importancia. Al tener como motivo preferente la misión, uno recibe un espíritu de oración y un espíritu de dar y ofrendar. Y el Espíritu Santo levanta misioneros que cuando el tiempo ha llegado o madurado, son enviados a dar ricos frutos en su ministerio con un apoyo espiritual poderoso desde la Iglesia que les respalda.

Ulf Ekman


ORACIÓN: Gracias Señor porque Tú has planeado que yo pertenezca a una iglesia viva, generosa y misionera. Ayúdame a realizar mi cometido en este trabajo. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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