domingo, 27 de mayo de 2012

DEVOCIONAL DÍA 26 DE MAYO



NACIDOS DE NUEVO


“También Dios a vosotros os ha vivificado; vosotros que estabais muertos en vuestros delitos y pecados…Pero Dios, que es rico en misericordia, os ha amado con tan grande amor, aún cuando estábamos muertos en nuestras transgresiones, y nos ha vivificado juntamente con Cristo. Por gracia sois salvos”.

Efesios 2:4-5 (Versión Biblia sueca)


Cuando el Espíritu de Dios toca el corazón del hombre éste nace de nuevo. Dios nos vivifica, a nosotros que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. No estábamos muertos físicamente, o síquicamente, sino espiritualmente muertos. Independientemente de lo que hiciéramos, quedaban de manifiesto nuestras tinieblas internas y rebelión contra Dios. Es una locura muy seductora, como hace el mundo, proclamar que el hombre, en su fuero interno es bueno. Es una herejía religiosa aseverar que como personas religiosas todos tenemos una luz interior y que podemos llegar a ella por diferentes caminos o prácticas. Nadie puede encontrar nada bueno dentro de uno mismo.

Podemos ser educados en lo mejor, socialmente hablando. Podemos tener una educación de un alto grado de virtud moral, de auto-disciplina y control. Pero nosotros mismos no podemos desarraigar la raíz del pecado de nuestro interior. Dios sabía esto y nos dio la solución. Se trata de morir al hombre viejo, que está espiritualmente muerto, o lo que es lo mismo: sin contacto con Dios. Esto sucede al morir en Cristo. Cuando le aceptamos, le invitamos a entrar dentro de nuestra vida, nos volvemos a Él y creemos en lo que Él hizo por nosotros, entonces somos partícipes de Su nueva vida. Él murió por nosotros. Nosotros morimos con Él. Él resucitó por nosotros. Nosotros resucitamos con Él. En un abrir y cerrar de ojos suceden dos cosas: morimos y resucitamos. Nacemos de nuevo. El Espíritu de Dios forma en nosotros una nueva criatura. Recibimos un nuevo corazón. Somos hechos una nueva criatura en Cristo. El Espíritu de Dios toma su habitación en nosotros y adquirimos el derecho de ser hijos de Dios. Ahora estamos dentro de la familia de Dios. Ahora hemos sido hechos miembros del cuerpo de Cristo. Ahora tenemos ciudadanía con los santos. Ahora hemos sido hechos creyentes. Hemos salido de las tinieblas a la luz. Hemos nacido de nuevo, ¡de lo alto!

Ulf Ekman


ORACIÓN: Padre celestial, gracias porque Tú has soplado sobre mi tu Espíritu de vida y por la fe vive Cristo en mi corazón y he sido hecho hijo tuyo. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.