PODER DE DIOS
PARA LA SALVACIÓN DE TODOS LOS QUE CREEN
“A la verdad, no me
avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los
que creen; de los judíos primeramente, pero también de los gentiles.
17De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de
Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: El justo
vivirá por la fe”.
Romanos 1:16-17 (NVI)
El Evangelio era
algo nuevo. La revelación de la obra de Jesús en la cruz era algo radical. Ni
aún los discípulos, que vieron morir a Jesús de lejos, comprendieron en
profundidad y contenido todo lo que experimentaban. Pero vino el Espíritu Santo,
y la revelación de lo que Dios hizo en Cristo se extendió como un reguero de
pólvora por el mundo. Los judíos habían procurado seguir la Ley de Dios. Pero
nadie por este medio pudo conseguir la paz con Dios. Se sentían moralmente bien,
mejores que otros, pero a pesar de ello la conciencia no se sentía limpia. Jesús
murió y llevó en sí mismo todos los pecados de todos los hombres. El quitó el
pecado. Él hizo lo que nosotros no podíamos hacer. El pecado constaba como una
deuda pendiente entre Dios y nosotros. Jesús la pagó totalmente con su propia
vida, la cual ofreció por nosotros en la cruz. Esta verdad fue clara como un
relámpago para Pablo, al escudriñar las Escrituras, después de la experiencia de
Damasco. El profeta Habacuc había dicho: “El justo por la fe
vivirá”. Fe y confianza (no méritos propios) eran la
llave. Confiar en lo que Jesús ha hecho por mí, en vez de realizar yo mismo
lo que creo que es la solución. Así quedaron una vez por todas enfrentadas la
Ley y la Gracia; Fe u obras legales propias (méritos
propios).
Pablo recibió el
encargo de poner esto en claro a toda la humanidad. Dios nos indultó por medio
de Jesucristo. Nosotros confesamos nuestro pecado y recibimos gracia. Si no
confesamos que hemos pecado seguimos bajo la ley, y seremos juzgamos según la
ley. Cuando confesamos somos indultados y recibimos gratuitamente la
justificación, que pasa a ser nuestra por medio de Jesucristo. Así de glorioso y
maravilloso pero tan difícil. Necesitamos volvernos de nuestros caminos. Nuestro
ego debe morir con Jesús. Entonces recibimos una nueva vida, somos hechos
nuevas criaturas, resucitados con Cristo. Ningún hombre había podido pensar todo
esto, pero Dios lo reveló.
Ulf
Ekman
ORACIÓN: Gracias
Padre porque Tú por medio de Jesucristo nos has mostrado un camino poderoso
hacia la redención para todo aquel que quiera aceptarlo. En el nombre de Jesús
¡AMÉN!
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