viernes, 11 de mayo de 2012

DEVOCIONAL DÍA 9 DE MAYO



OPOSICIÓN SOBRENATURAL


“Hablando ellos al pueblo, vinieron sobre ellos los sacerdotes con el jefe de la guardia del templo, y los sacerdotes, 3resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos. 3Y les echaron mano, y los pusieron en la cárcel hasta el día siguiente, porque era ya tarde”.

Hechos 4:1-3


Donde quiera que Dios se esté moviendo surge oposición. Cuanto mayor es la gloria de Dios más oposición se levanta. Existe un enemigo que no quiere que los hombres sean libres, bendecidos, sanados y restaurados. En este texto se manifiesta en forma de líderes religiosos, los mismos que trataron de frenar a Jesús. Su empeño resultó en vano y lo mismo es cuando se ataca a la Iglesia. El principio de Dios es: cuanta más persecución, más crecimiento. Así fue para los hijos de Israel en Egipto; fue igual para la Iglesia primitiva y es lo mismo hoy. La persecución nunca es agradable. A veces hay que pagar un precio muy alto. Pero el Señor nunca está más cerca ni es más poderoso que cuando la oposición es fuerte y tenaz. Entonces no es el momento de huir ni lamentar. Son días para entonar himnos de alabanza y con valentía testificar de Jesús.

La persecución puede venir de diferentes maneras. Algunos creyentes pasan por maltratos físicos, tratos denigrantes, acusados por otros de delincuentes o de no ser creyentes. Esta es una forma de tortura para el alma. Otros experimentan ataques demoníacos a su personalidad. Pablo habló de esto. Nadie gana nada por ensalzar la persecución o por tener un complejo de perseguido. Pero tampoco se gana por negar que exista. La persecución existe en la medida de oposición y sufrimiento que todos los creyentes van a pasar. Pero el resultado es la victoria, el avance, el avivamiento y la expansión del reino de Dios. El Diablo nunca ha vencido en la persecución. Por el contrario, el reino de Dios se ha expandido sin importar lo dura que la oposición haya sido.

Ulf Ekman


ORACIÓN: Gracias Señor porque Tú me mantienes en Tu mano sin importar lo fuerte que el viento sople. En Ti estoy confiado y mi vida está en Tus manos. En el nombre de Jesús ¡AMÉN!

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