miércoles, 2 de mayo de 2012

DEVOCIONAL DÍA 1 DE MAYO



DESPUÉS DE DIEZ DÍAS


“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”.

Hechos 2:1-4


Esto es lo que llamamos Pentecostés, cincuenta días después de Pascua, el cumpleaños de la Iglesia. Ahora comenzó algo nuevo. El signo externo fue la efusión del Espíritu Santo sobre los discípulos y las lenguas que hablaban. Aquí se rompió de forma espiritual la maldición que vino sobre la torre de Babel. En Cristo todas las naciones son una y Su evangelio alcanzará a todos los pueblos. Los 120 discípulos que estaban juntos en el Aposento Alto, en Jerusalén, seguramente no tenían idea alguna de las consecuencias de este día. Sus mentes estaban instaladas en el final de todo, no en el principio de algo. Una de las cosas que al final preguntaron a Jesús fue: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6).

Ellos estaban seguros de que Jesús se sentaría en su trono terrenal. Pero Él estaba de camino a Su trono celestial. Ellos querían poner fin a esta etapa. Él los había preparado para el comienzo de una nueva época, la Era de La Iglesia. Ahora comenzaba la Era del Espíritu Santo, la Era de la gracia y Jesús no les había enseñado gran cosa a este respecto. Cuando el Espíritu vino y los discípulos tuvieron poder para ser testigos de Jesús, no solamente en Israel, sino hasta los confines de la tierra, entonces comenzaría la enseñanza. Jesús había prometido que el Espíritu Santo sería un ayudador, un consejero que los guiaría a toda verdad y les enseñaría todo lo que había de venir.

Todo esto era difícil de comprender para los discípulos. Pero después que Jesús resucitó, tal como Él había dicho, el Espíritu Santo vino y todos ellos fueron bautizados en el Espíritu Santo. Se juntaron para orar durante diez días y entonces el Espíritu descendió y ya nada fue como antes.


Ulf Ekman


ORACIÓN: Gracias Señor que has prometido bautizar a cada discípulo en el Espíritu Santo. Ayúdame a no estar en contra de la vida sobrenatural que Tú tienes para mí. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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