DEVOCIONAL DÍA 4 DE MAYO

VISIONES Y SUEÑOS

“Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños”.

Hechos 2:17b

Ahora Dios quiere hablar a todos Sus hijos y guiar a todos Sus siervos a través de Su palabra profética. La palabra profética puede venir de muchas maneras. Cómo viene no es lo más importante, sino cómo viene y de dónde viene, eso es lo importante. Dios nos ha dado Su palabra, las Escrituras. Ahora que el Espíritu ha venido Él toma esa Palabra y la hace viva en nuestros corazones. A partir de la Palabra de Dios, y en línea con la Palabra de Dios, habla el Espíritu Santo en nuestro interior y nos guía. El Señor quiere que aprendamos a ser sensibles para escuchar, obedecer y ser dirigidos por el Espíritu. Es el mayor activo que tenemos en nuestras vidas.

Una palabra profética es una palabra dada por el Espíritu Santo. Puede venir como una palabra, una imagen, una visión, un sueño. La forma no es lo importante, sino el contenido. Dios ha creado al hombre pensante y con la facultad de expresarse en imágenes. Se dice que una imagen vale más que mil palabras. La Biblia está llena de imágenes, parábolas, visiones y sueños. Dios dijo a Abraham:”Porque toda la tierra que ves, la daré a ti…” (Génesis 13:15). Dios dijo a Jeremías: “¿Qué ves tú Jeremías? (Jeremías 1:11). Cuando Abraham vio las estrellas creyó a Dios. Pedro vio que un lienzo con animales descendía del cielo. Pablo vio al Señor en diferentes ocasiones en visiones. Las Escrituras, la Biblia, son el fundamento, la piedra de toque, pero partiendo de ella el Espíritu tiene palabras de vida, visiones y sueños con los que Él quiere llenar nuestra mente y corazón. Jesús dijo a Sus discípulos: “Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan 4:35). Si aceptamos lo que Dios quiere mostrarnos, y creemos en ello, se convierte en realidad en nuestras vidas.

Ulf Ekman

ORACIÓN: Señor, yo abro mi corazón para poder ver lo que tú me quieres mostrar. Permite que Tus sueños sean los míos. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!