DEVOCIONAL DÍA 14 DE OCTUBRE

EL PÁMPANO EN LA VID

“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.² Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará, y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”.

Juan 15:1-2

Jesús es la vid, nosotros somos los pámpanos. A través de Él fluye la vida dentro de nosotros y llevamos fruto. Los pámpanos que se han secado y no llevan fruto no tienen lugar en la vid. Dificultan la vida e impiden el fruto. El propósito de la vid es su fruto. Pero no solamente su propio fruto comestible, sino el fruto de otras vides que como resultado de los nuevos pámpanos a su vez producen fruto. No es seguro que los pámpanos secos se den cuenta de que han sido podados y desconectados de la vid. La actividad continúa. La agenda sigue completa. Las opiniones siguen siendo bastante similares. La doctrina parece correcta, pero ahora la vida se ha ido. La alabanza espontánea, el llanto alegre, la alegría de la salvación y el hablar de Jesús se ha cambiado por un leguaje religioso y de oficio. El fruto está ausente. ¿Cuál es la cusa? La clave se encuentra en las palabras de Jesús:”en mí”. No es posible vivir para Dios sin Dios. No es posible trabajar para Jesús sin tener comunión con Jesús.

Incluso los pámpanos sanos también se podan pero no se hace para cortarlos de las ramas, sino solamente se limpian para que lleven más fruto. De esta forma Dios maximiza la producción y el beneficio de la vid. Él desea recoger el máximo fruto que pueda darse. Con razón Jesús dice que Su Padre es glorificado cuando llevamos mucho fruto. La infertilidad no es una bendición. Abraham estaba desesperado porque no tenía un hijo, pero con el tiempo llegó la contestación: el hijo de la promesa, Abraham y Sara fueron fértiles. Dios quiere que tú también seas fértil, fructífero ¡Y Él se asegurará de que así sea!

Ulf Ekman

ORACIÓN:

Dios mío, tú eres un Dios de abundancia. Tú eres el Dios que crea y hace que la tierra lleve frutos. Hazme mucho más fructífero de lo que he sido hasta aquí. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!