martes, 25 de octubre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 23 DE OCTUBRE



LA ABUNDANCIA DE DIOS


“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2ª Corintios 9:8).


Esta maravillosa promesa se encuentra en medio de un contexto en el que Pablo, en dos capítulos y con detalle, habla de economía, dinero y dar. No habla de experiencias “espirituales”, habla de dinero. La Biblia es más concreta y realista de lo que tú y yo estamos dispuestos a admitir. Pablo anima a los corintios a aumentar su generosidad. Les pide que siembren abundantemente para cosechar abundantemente, les exhorta que sean dadores alegres. ¿Por qué? Porque es una alegría, porque dar no es peligroso. Es gozoso por causa de que Dios tiene el poder, la capacidad y la voluntad de garantizar que siempre tengamos lo necesario para que siempre también podamos dar abundantemente para toda buena obra.

¡Esto es algo verdaderamente maravilloso! Dios dice que nunca tienes que dar tanto que vayas a empobrecer. El mundo dice: “ahorra y tendrás”. Dios dice: “Dad y se os dará”. Son dos sistemas completamente distintos. El primero se apoya en el egoísmo. El segundo en el amor y la fe. Aquí Dios va tan lejos que dice que si somos dadivosos Él, que tiene tanto, se ocupará siempre para que nosotros y en todas las circunstancias, cosechemos abundantemente. “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.7Cada uno dé como propuso en su corazón; no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre” (2ª Corintios 9:6-7).

El propósito de Dios es que nosotros, como generosos donantes, entremos en un estilo de vida donde podemos dar generosas ofrendas de la abundante bendición con que Dios nos ha bendecido. Esto es lo contrario del espíritu de pobreza que a veces caracteriza a la cristiandad. La abundancia no es una señal del culto a Mammón (el dinero). Es la capacidad de poder ser un generoso, bondadoso y abnegado dador. Y recuerda, ¡Dios ama al dador alegre!


Ulf Ekman


ORACIÓN:
 Gracias oh Dios, porque esta promesa es verdadera. Tú quieres de una manera abundante suplir mis necesidades para que yo siempre pueda dar para toda buena obra. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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