lunes, 31 de octubre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 28 DE OCTUBRE


EL SEÑOR TE CONCEDERÁ LAS PETICIONES DE TU CORAZÓN


“Confía en el Señor, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. 4Deléitate asimismo en el Señor, y Él te concederá las peticiones de tú corazón” (Salmo 37:3-4).


Dios es un buen Dios y un Padre lleno de amor. Él deposita en nuestro corazón diferentes deseos y anhelos. Él es el que opera en nuestra voluntad para que Su voluntad se cumpla. La palabra “deseo” no tiene por qué significar un mal deseo. Puede ser negativo o positivo. Desear (o anhelar) lleva implícito la pasión. Cuando Dios deposita algo en tu corazón empiezas por anhelarlo. Comienzas a desearlo con un santo y limpio fervor. El problema con las personas que no creen no es que no sean apasionadas, sino que lo son para las cosas malas. Cuando el Señor llega a tocar el corazón de un creyente pone en él un fervor, un celo en todo su ser y se despierta un fuerte anhelo por ver algo diferente.

Cuando miras las noticias en TV recibes información. Pocas personas reaccionan a la información y hacen algo al respecto. Es solamente una información que estimula o relaja al momento. Pero así no funciona cuando Dios da Su información o Su revelación. En este caso se levanta un deseo ferviente de que algo se haga realidad. Puede referirse a una respuesta a la oración en mi vida personal. Puede ser una victoria sobre un problema. Puede significar también un gran avance hacia un nuevo nivel en mi vida espiritual. O un avivamiento en el país.

Sea lo que fuere, empieza con un sentir que crece hasta convertirse en un anhelo apasionado. Entonces todo tu ser se involucra en ello. Tu ser clama por ello y estableces todas tus acciones hacia ello. En vez de estar frustrado porque toma tiempo, mantienes el gozo del Señor sabiendo que Él verdaderamente te concederá las peticiones de tu corazón”.


Ulf Ekman


ORACIÓN:
Gracias Señor porque Tú pones en mí deseos piadosos. Anhelos de Ti y de Tú reino. Gracias porque Tú también satisfaces los deseos. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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