miércoles, 21 de diciembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 19 DE DICIEMBRE



EL PRECURSOR DEL SEÑOR: JUAN


“Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. 5He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de JHWH, grande y terrible. 6Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición”.


Malaquías 4:4-6


Estos son los dos últimos versículos del Antiguo Testamento. Cuando vino el ángel al sacerdote Zacarías estando éste ministrando en el Templo fue cuando se cumplió la profecía de Malaquías. El ángel habló del niño que iban a tener Zacarías y Elisabeth: “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:17)

Ahora los preparativos entran en su fase final. El Señor viene y Su venida hay que prepararla. Este será el ministerio de Juan el Bautista. Por medio de él los corazones de la gente se ablandarían. El altivo se humillará y el humilde será levantado. El arrepentimiento era una condición mental necesaria para que el Señor pudiera venir y los hombres le recibieran. Es por esto que el ministerio de Juan el Bautista era tremendamente importante. Sin él, el camino no estaba preparado para la venida de Jesús. Juan estaba dedicado al Señor desde antes de ser engendrado. Y desde la matriz estaba lleno del Espíritu Santo. Su ministerio fue lleno de poder pero en tiempo limitado. El no era el Mesías pero prepararía, testificaría y señalaría al Mesías bautizándole incluso durante su ministerio. Y cuando Jesús vino, Juan el Bautista clamó diciendo:”He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). El ministerio de Juan era sumamente importante, sin embargo no era nada en comparación al ministerio del cual fue su precursor.

Ulf Ekman


ORACIÓN: Padre, gracias porque Tú tienes tus siervos que van delante preparando para lo que ha de venir. Haz de mí un siervo así. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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