viernes, 2 de diciembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 30 DE NOVIEMBRE



CIELOS NUEVOS Y TIERRA NUEVA


“y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos.12Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras… Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”.


Apocalipsis 20:11-12; 21:1


La Biblia no termina con juicios. Termina con una descripción de los nuevos cielos y la nueva tierra. El último juicio es solamente un preludio de la gran aventura donde la humanidad, y también el pueblo de Dios, se reconciliará, rehabilitara y glorificará, además de entrar en su verdadero destino. Ahí es cuando comienza realmente. Desde la perspectiva de la eternidad nuestra vida presente es muy corta, y a pesar de ello muy importante. Aquí elegimos. Aquí obedecemos. Nos desarrollamos. Aquí nos preparamos. Allí en el cielo no podemos hacer nuestras elecciones. Allí, en el infierno, por toda la eternidad, uno se arrepentirá de su rebeldía, su egoísmo y su huir de Dios. Pero entonces será tarde. Esta vida es solamente como un despegue en la pista de salida hacia la aventura de un viaje eterno que nunca tendrá fin. El cielo no es el final sino el comienzo. Un comienzo eterno. Una mañana eterna. Una eterna y ascendente gloria. Un eterno crecimiento en amar y conocer a Dios sin ningún impedimento.

La Biblia dice poco respecto al cielo. Es un regalo que espera a aquellos que aman Su venida. Es mucho más de lo que podemos pensar o pedir. El cielo rompe todas las ideas preconcebidas en todas las direcciones, pero caminamos hacia allí. Es por eso que es tan importante que seamos evaluados, no condenados, sino revisados, de forma que todo lo perecedero, todas las ramas secas, todo lo que nos atrapa, todo lo que a nuestro pesar no podemos llevar con nosotros, sea quitado de nuestra vida. Nada debe impedirnos. Entonces conseguiremos “una amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2ªPedro 1:11).

Ulf Ekman


ORACIÓN:
 Gracias Señor por todo lo que has preparado en la eternidad para mí. Ayúdame a estar listo y preparado para lo que vendrá. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.