DEVOCIONAL DÍA 22 DE DICIEMBRE

EL GOZO DE MARÍA

“Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor, ⁴⁷ y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. ⁴⁸porque ha mirado la bajeza de su sierva: pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.⁴⁹Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre”.

Lucas 1:46-49

María embarazada visita a Elisabeth. El Espíritu de Dios viene sobre ella y profetiza el célebre “Magnificat”: “Engrandece mi alma al Señor” (v.46). María está absorta por lo que había sucedido e iba a suceder, es decir, que el plan de Dios para la salvación de la humanidad se iba a cumplir a través de ella. Ella misma daría a luz al Hijo de David, el Mesías, el Salvador y Rey del mundo. Cuando se llama así misma bienaventurada y profetiza que todas las generaciones venideras le dirán bienaventurada, no lo dice por causa suya, sino por aquel a quien iba a dar a luz. Seguramente María era una judía creyente ortodoxa que esperaba con anhelo al Mesías. Todo su canto respira la expectativa mesiánica judía. No menciona a los gentiles, ella es una hija del Antiguo Pacto, pero más tarde en su vida pudo participar en la ordenanza y cumplimiento del Nuevo Pacto. María alaba a Dios porque “socorrió a Israel su siervo. Acordándose de la misericordia ⁵⁵de la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre” (v.54-55).

Ahora realmente se iban a cumplir las promesas que durante siglos las generaciones estuvieron anhelando su cumplimiento. Dios cumpliría todas las promesas por medio de su Siervo que pronto nacería. Lo que había prometido a Abraham y a los patriarcas ahora se cumplía. Y será de bendición por la eternidad. Ahora realmente había llegado la gracia, la misericordia y el cumplimiento de los tiempos. ¡EL MESÍAS ESTÁ AQUÍ! No es de extrañar que María se gozara con un gozo inefable.

Ulf Ekman

ORACIÓN: Señor, ayúdame para alabarte y glorificarte, que pueda alegrarme delante de Ti por todas tus determinaciones y promesas que nos has prometido que se cumplirán. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!