DEVOCIONAL DÍA 24 DE DICIEMBRE

HACIA BELÉN

“Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. ³E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. ⁴Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; ⁵para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta”.

Lucas 2:2-5

El César Augusto en Roma no tenía idea de que sería él quien diera cumplimiento a la Palabra de Dios. Tampoco sabía que a causa de su Censo tributario ayudaría al Mesías a nacer en el lugar preciso y en el tiempo apropiado. Augusto tampoco comprendía que una revolución que ahora había dado comienzo poco a poco cambiaría todo su poderoso Imperio Romano. Y al final sucedió. A causa del Censo tributario José y su cansada y embarazada mujer, se vieron obligados a caminar tan largo viaje hasta Belén. La ruta tal vez fue por el valle del Jordán atravesando Jericó y por el penoso y montañoso camino hasta Jerusalén llegando por fin a Belén, al Sur de Jerusalén. Seguro que no iban solos. Por todas partes la gente caminaba hacia su lugar de nacimiento para inscribirse en el Censo tributario.

Es posible que nadie se apercibiera de esta pareja. No había nada de especial en ellos y sin embargo llevaban consigo lo más grande de todo: el medio para la salvación de la humanidad. Una vez me regalaron un bonito boceto de un pintor. En él se ve un gran árbol y casi imperceptible uno puede ver una pequeña pareja que va caminando hacia adelante: María, José y un asna. La rúbrica del cuadro era: “ver lo pequeño en lo grande, y lo grande en lo pequeño”. Muchos nunca vieron lo grande en aquella pareja. Cuando realmente llegaron a Belén no había ningún lugar para ellos en ningún mesón o posada. Rendidos, pudieron pasar la noche en un establo. Y en medio de tanta contrariedad, pequeñez, pobreza y rechazo vino lo más rico de todo: LA SALVACIÓN POR JESÚS.

Ulf Ekman

ORACIÓN: Gracias Padre, porque Tú obras en medio de contrariedades y aún en lo más adverso y dificultoso de forma que tu buena voluntad se cumpla y el mundo es bendecido por ello. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!