miércoles, 28 de diciembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 27 DE DICIEMBRE



LOS MAGOS DEL ORIENTE


Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos. 2diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle”.

Mateo 2:1-2


La luz que resplandecería en las tinieblas y que brilló incluso sobre los pastores, alumbró proféticamente por medio de la estrella que acompañó a los magos del oriente hasta Belén. Eran astrólogos, así que el Señor los tocó en el punto de conexión de su mundo pensante. Balaam había profetizado que una estrella aparecería, y los magos orientales reconocieron la señal y se dieron cuenta que se refería al nacimiento de un Rey. Cuando se encontraron frente a Él le adoraron y le entregaron dones. Si José y María no hubieran sabido que Jesús era el Señor, como judíos piadosos que eran no hubieran permitido la adoración de ningún hombre. Para los judíos está prohibido hacerlo. Sólo Dios recibe adoración.

Pero aquí era el Señor, nacido entre los hombres. Herodes tuvo un ataque de rabia. Satanás ahora sabía que su trono estaba amenazado, su imperio podía venirse abajo. Con cólera demoníaca Herodes arremetió contra todos los niños en Belén. No hizo diferencia alguna. Hizo cuanto pudo para mantenerse en el poder y un grito se oyó en Ramá cuando Raquel lamenta por sus hijos.

De la alegría y júbilo de la salvación por la venida del Mesías, la sombra demoníaca de la muerte cayó sobre Belén y toda la comarca por la matanza de los niños a sangre fría. Pero Herodes pierde a Jesús, éste huye con sus padres a Egipto para después regresar y crecer en Nazaret. Inmediatamente comienza la confrontación espiritual, pero todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas jamás la han vencido.

Ulf Ekman


ORACIÓN: Gracias Padre, porque en medio de todo el odio y oposición hay protección y victoria. Gracias porque Tú me has dado victoria por medio de JESUCRISTO. En Su Nombre ¡AMÉN!

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