jueves, 22 de diciembre de 2011

DEVOCIONAL DÍA 21 DE DICIEMBRE



EL SÍ DE MARÍA


“Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? Pues no conozco varón. 35Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36Y he aquí tu parienta Elisabeth, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37porque nada hay imposible para Dios. 38Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia”.

Lucas 1:34-38


¡María dijo SÍ! Pero podría haber dicho NO. Ella quedó sobrecogida por el ángel, por su majestuosidad, su mensaje, por las enormes consecuencias, por lo incomprensible y absurdo. Y a pesar de todo, ella dijo SÍ. El Espíritu Santo vendría sobre ella. María era virgen y ahora la profecía de Isaías 7:14 iba a cumplirse:”He aquí la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre EMANUEL”. Él de una forma especial sería el Hijo del Altísimo. Él es el Verbo, logos, que iba a tener su morada entre nosotros. Es el Hijo eternal, que ahora por medio del Espíritu se une a la naturaleza humana. Ahora el Hijo de Dios, se hace Dios-hombre: Cristo Jesús, que ostenta en sí mismo las dos naturalezas, la divina y la humana. ¿Cómo sucede esto? Nadie lo sabe. Y tampoco es necesario saberlo, pero aún así se comprende. Y lo que uno en su corazón comprende, eso admira y adora. El diminuto embrión, el niño pequeño pero en continuo desarrollo en el vientre de María, es Dios venido en carne.

Él es cien por cien Dios y a la vez cien por cien hombre. Él es Dios de Dios. Él es engendrado, no creado. Es de la misma naturaleza que el Padre. Cómo se realiza esta fusión: eternidad y tiempo, perfección y limitación, Dios y hombre, no lo sabemos. A pesar de ello sucedió por causa de nuestra salvación. Y esto es tan sumamente importante, incomprensible y milagroso que aconteció en una mujer virgen sin intervención humana porque María en su corazón dijo: ¡SI!

Ulf Ekman


ORACIÓN: Padre celestial, gracias porque María dijo Sí. Ella permitió que se realizara en ella conforme a Tú palabra. Permite que mi vida sea también conforme a ella. En el Nombre de Jesús ¡AMÉN!

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